martes, 6 de octubre de 2009

Lascaux, cueva subterránea localizada en el valle del Vézère, cerca de Montignac, en el departamento de Dordoña (suroeste de Francia), cuyas paredes y techos presentan algunos de los más importantes ejemplos del arte paleolítico descubiertos hasta ahora. La cueva, formada en el terciario por la acción del agua filtrada entre las grietas de la roca caliza, se compone de un gran espacio conocido como Sala de los Toros además de diversas galerías abruptas de tamaño más pequeño. Todas ellas están profusamente decoradas, con unos 1.500 grabados y unas 600 pinturas en tonos amarillos, rojos, marrones y negros; por su gran importancia etnológica y antropológica fueron declaradas Patrimonio cultural de la Humanidad en 1979.
Las pinturas son en su mayor parte representaciones de diversos animales como uros, bisontes, caballos, ciervos e íbices (cabras montesas), acompañados de puntos y motivos geométricos de significado incierto. En la Sala de los Toros aparecen pintadas figuras relativamente pequeñas de ciervos y caballos al lado de enormes toros de unos 5 m de longitud. El gran tamaño de las pinturas sugiere que debieron emplearse escaleras y andamios; de hecho se han encontrado en la cueva los encajes para los travesaños del andamiaje. Lascaux es también importante por la representación aislada de una figura humana relacionada con un toro, al que parece haber herido. Entre otros grupos conocidos de figuras aparece el de unos ciervos saliendo de un río, un friso compuesto por cérvidos representados de perfil.
Se han descubierto en el suelo de la cueva restos de carbón, lámparas, puntas de lanza, pigmentos y útiles para grabar. Los análisis del material orgánico con carbono 14, indican que la cueva estuvo habitada desde el 15.000 a.C. aproximadamente, cuando la mayor parte de las pinturas fueron realizadas, como fecha más tardía, hasta el año 9000 a.C. aproximadamente.
Cuando se descubrió la cueva, las pinturas presentaban un buen estado de conservación, ya que los niveles estables de humedad y temperatura en el interior proporcionaron un ambiente idóneo para la conservación de los pigmentos a lo largo de miles de años. Tras su descubrimiento, en 1940, la cueva se abrió de forma inmediata al público, las pinturas comenzaron a deteriorarse y los colores a palidecer; además se desarrolló un hongo verde sobre los pigmentos. La cueva fue cerrada en el año 1963, pero se ha realizado una esmerada réplica, lo más fiel posible, usando pigmentos y métodos de mezcla y aplicación, idénticos a los que se cree que usaron los artistas originales. Lascaux II, como es conocida esta reproducción, se abrió en 1983.


Esta pintura rupestre en Lascaux, Francia, fue realizada por el hombre paleolítico hace unos 13.000 años a.C. Se cree que los cazadores prehistóricos pintaban imágenes, como esta vaca que parece que está saltando y el grupo de caballos, para conseguir poderes mágicos que aseguraran el éxito en la caza.

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